La guerra de guerrillas en Vietnam del Sur, que nació a pequeña escala durante los últimos años de la adimistración Eisenhower, adquirió con mayor rapidez mayores proporciones, después de asumir Kennedy la presidencia en 1961. Kennedy pidio a sus asesores que elaborarn planes para desarrollar las campañas dirigidas por Estados Unidos contra el Frente de Liberación Nacional. Así mismo pidió formular recomendaciones para la fabricación de nuevas armas y la elaboración de doctrinas de combate en la jungla.
Vietnam significó para los EUA un laboratorio en pleno funcionamiento para ver cómo se desarrollaba la insurección subersiva. Se enviaron equipos con la misión de determinar cuál era el armamento más adecuado para esta clase de guerra de guerrillas. La decisión de emplear Vietnam como banco de pruebas de los planes de contrainsurrección estadounidense puede atribuirse a dos factores.
En primer lugar, en Vietnam se cumplían todas las condiciones que lo conertían en un laboratorio ideal. Operaba allí un ejército guerrillero de probada valía, con auténticas credenciales revolucionarias, un régimen nacionalista, anticomunista, con ciertos derechos, pues contaba con cierto apoyo popular, y una población no blanca cuyos sufrimietnos a manos de los técnicos estadounidenses en contrinsurrección no despertaban preocupaciones enojosas en los EUA.
En segundo lugar, Vietnam del Sur constituía un nuevo frente revolucionario para lo que Kennedy consideraba "mundo libre", es decir, la esfera de influencia estadounidense; por ello no podía permitirse que este frente se desmoronara y Vietnam del Sur cayera en manos comunistas.
Fuente:
Klare, Michael T. La Guerra Sin Fin. España: Noguer, 1974.
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